Desde el inicio de su campaña presidencial, el aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, se ha pronunciado en contra de los inmigrantes y dentro de su plan de campaña ha contemplado el endurecimiento de la política en la materia, con planes como la restricción de visas e incluso, la construcción de un muro fronterizo entre México y Estados Unidos.
La llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos amenazaría propuestas como la nueva regla de inmigración presentada por la administración de Barack Obama, que busca que emprendedores extranjeros cuyas startups levanten capital de firmas estadounidenses viajen al país norteamericano para establecer sus compañías.
El magnate ha manifestado previamente su rechazo a visas como la HB-1, que permite la entrada de profesionales extranjeros para trabajar en Estados Unidos, argumentando que la integración de trabajadores altamente calificados de otros países a la fuerza laboral estadounidense disminuye los salarios, mantiene alta la tasa de desempleo y dificulta la situación de los habitantes en pobreza y la clase trabajadora estadounidense.
Su postura respecto a la contratación de talento extranjero también ha provocado críticas y rechazo en Silicon Valley. El pasado julio, 140 líderes de la meca tecnológica estadounidense firmaron una carta abierta en la que consideraron a Trump como un “desastre para la innovación”.
“Su visión se opone al intercambio abierto de ideas, el libre movimiento de personas y el compromiso productivo con el exterior que es crítico para nuestra economía, y que establece las bases para la innovación y el crecimiento”, se lee en el texto signado por figuras como el cofundador de Apple, Steve Wozniak.
Otra de las propuestas más polémicas de Trump, la construcción de un muro en la frontera entre México y Estados Unidos, podría amenzar a los emprendedores en el sector fintech, particularmente en el segmento de pagos y remesas.
De acuerdo con el empresario, México será el encargado de financiar la construcción y como recurso para lograrlo, ha considerado bloquear el envío de remesas de Estados Unidos a nuestro país. En un memorándum enviado al Washington Post en abril, explicó que recurriría a esta alternativa si el gobierno mexicano se rehusaba a realizar un pago único de entre cinco mil millones y 10 mil millones de dólares para edificar el muro.
En 2015, los envíos de dinero de mexicanos en el extranjero (principalmente desde Estados Unidos) a sus familiares en el país sumaron 24 mil 771 millones de dólares, convirtiendo a las remesas en la principal fuente de divisas en México, por encima de los ingresos por exportaciones petroleras y la Inversión Extranjera Directa (IED).