Canchas de paddle tenis, terraza para hacer una carne asada o carril de nado privado. ¿Imaginas tener todo eso en tu casa?
Para millones, cualquier actividad que no pueda hacerse entre los cuatro muros de un departamento tiene que hacerse afuera, pero para unos pocos afortunados, correr por la mañana o ejercitarse después del trabajo puede hacerse sin salir a la calle.
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La última vez que estuvimos en un departamento de lujo, descubrimos porqué la gente paga tanto para hacerse de uno o al menos rentarlo durante un tiempo.
Acabados de lujo, diseños minimalistas que invitan a pasar una buena temporada viviendo allí, reglas básicas de convivencia entre vecinos y amenities que solo los mejores hoteles podrían ofrecer. Todo eso es por lo que paga cada vez más gente.
Urbes como la Ciudad de México, siempre en constante crecimiento, ya no permiten que se continúen construyendo complejos urbanos de lujo en zonas céntricas, y por eso algunos desarrolladores han optado por hacerlos lejos del ajetreo diario de las capitales y la contaminación.
Hoy en día, algunos edificios de departamentos de lujo cuentan con una ubicación envidiable, al margen de la ciudad y cerca de importantes bosques que, además de limpiar el aire, ofrecen una vista casi idílica para quienes viven allí.
Esta ubicación incluso ofrece un espacio seguro y agradable para realizar actividades al aire libre, cosa que ya no es posible en muchos puntos de la ciudad debido a la construcción y funcionamiento de la misma.
Si la ubicación es un problema para unos, estos complejos comienzan a integrar cines privados, ludotecas, oficinas, salas de juegos, campos de golf, gimnasios y hasta un carril de nado para que no haga falta salir del edificio para nada.
Por dentro, cada departamento ofrece acabados de lujo que, a largo plazo, se convierten en grandes oportunidades de venta, pues con el pasar de los años se vuelven opciones cada vez más atractivas para los futuros compradores.
Al principio un edificio de lujo podría parecer un capricho, pero pronto se convierte en una verdadera inversión que, además de ser la punta de lanza de una reurbanización inteligente de zonas que solían ser parques industriales o tiraderos de basura, se vuelven opciones cada vez más viables para quienes quieren escapar de la ciudad a un rincón que ofrece todas sus bondades.
Uno no paga cada mes por presumir que vive en un edificio de lujo, sino para disfrutar de una calidad de vida que un departamento rentado o la casa de los padres no puede ofrecer en el centro de la ciudad o su periferia.
A los pocos días de comprar un departamento de este tipo, uno puede darse cuenta de la gran cantidad de razones que tiene la gente para invertir sus ahorros en ellos y como los nuevos complejos urbanos se convierten en opciones de compra y renta cada vez más atractivas.
Augusta Bosque Real es uno de estos desarrollos, ubicado frente al club house de Bosque Real en Interlomas, Huixquilucan; cuenta con amenidades como carril de nado, business center, gym, kid’s club, salón de usos múltiples y pista para correr. Conoce más detalles aquí.
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