Manel de Aguas, un joven español que se declaró transespecie, denunció la discriminación que vive desde que se implantó dos aletas de pez en la cabeza.
El joven de 24 años tomó la decisión de hacerse el implante en 2020 y se dijo feliz porque ahora podría “explorar el clima a través de un nuevo órgano sensorial”.
Sin embargo, su decisión también le trajo críticas y discriminación a su vida y desde entonces no ha logrado conseguir empleo, pues desde que lo ven lo descartan del puesto por sus aletas.
En un entrevista con PlayGround, Manel contó que en la calle la gente le grita cosas como “fauno o pokémon”, los perros le ladran más e incluso le prohibieron la entrada en la iglesia porque pensaron que sus aletas eran un accesorio.
“Parece ser que la iglesia hoy no acoge a gente transespecie aunque estén las capillas repletas de ángeles, que al final no dejan de ser humanos con alas”, señaló Manel.
A pesar de las constantes críticas que recibe, Manel continúa subiendo fotografías a su Instagram y ha recomendado a las personas que aprendan a ser tolerantes con los demás.
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