En invierno de 2014, un joven noruego que en ese entonces tenía 24 años, hizo polvo a uno de los hombres más ricos del planeta en un juego ‘amistoso’ de ajedrez.
El ambiente en el set de grabación no pudo haber sido más tenso. Magnus Carlsen, considerado el mejor jugador de ajedrez de nuestros tiempos, enfrentó a una leyenda del emprendimiento, Bill Gates, de 59 años de edad.
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La partida fue vista por millones de personas de todos los rincones del planeta gracias a que una estación televisiva de Noruega la había retransmitido desde su cuenta oficial de YouTube.
Los primeros movimientos de Gates, quien ostenta una fortuna de 82.1 MMDD, fueron torpes y sin mucho propósito. En cambio, los de Carlsen se caracterizaron por ser precisos.
Al cofundador de Microsoft le tomaban varios segundos de nerviosismo para establecer sus mejores movimientos. Así, como tirando a ciegas, Gates colocó sus piezas esperando lo mejor.
Sin embargo, el joven noruego no cedía, a la vez que aprovechaba los titubeos de su rival para planear su siguiente movimiento.
Al llegar el segundo sesenta del cardiaco enfrentamiento, se hizo obvio quién lo dominaba. Bill Gates, el hombre que había cedido su puesto como CEO de Microsoft más de 14 años atrás, se limitó a reír nerviosamente mientras veía cómo cada uno de sus movimientos eran bloqueados por los alfiles, torres y caballos de su joven contrincante.
Hicieron falta 72 segundos para que Magnus destrozara a Gates en una partida amistosa de ajedrez orquestada para divertir al público de un pequeño país nórdico.
Un minuto y 12 segundos fueron necesarios para demostrar que la inteligencia en los negocios y la programación no se traduce en todos los aspectos de la vida.
Aquella tarde, un joven que nació cuando Gates ya figuraba en la lista de los hombres más ricos del planeta, venció al hombre que se ha codeado con reyes y mandatarios, con genios y visionarios.
En ese contexto se desarrolló la épica partida que estás a punto de ver.
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