GoBizNext

Lo bueno, lo malo y lo feo de estar conectados a redes sociales

Redes sociales y su uso masivo

En el mundo, aproximadamente 5.170 millones de personas utilizan diariamente al menos una de las redes sociales, según Statista. En la historia de la humanidad no había existido un sistema de comunicación más integrador que estas redes.

El mismo portal especializado en estadísticas, estima que, en 2028, más de 6.000 millones de personas serán usuarios diarios de redes sociales.

Por supuesto, existen múltiples polémicas sobre los aspectos positivos y negativos de estas plataformas, cuyo poder parece ilimitado.

En algunos países ya se plantea abiertamente establecer regulaciones de acceso y uso de estas redes. ¿El objetivo fundamental? Proteger a la población de mensajes potencialmente dañinos y de la desinformación.

Quienes se oponen a estos controles, indican que sobre este afán de control se esconde el objetivo de limitar el alcance de ciertos mensajes. No es casual que las propuestas de regulación prosperen con más eficiencia en sociedades con déficit democrático.

La gran pregunta es: ¿Qué es lo bueno, lo malo y lo feo que aportan las redes sociales? Sobre todo, desde el punto de vista de su impacto individual.

Lo bueno de las redes sociales

Es frecuente que la vergüenza y la timidez, la escasez de tiempo, o incluso la pereza, son algunos de los motivos que pueden llevar a rastrear y encontrar a otras personas en redes sociales.

Expertos indican que es posible conseguir una excelente conexión con otra persona, y lo habitual será esta relación virtual pase a convertirse en una relación presencial.

Según el portal especializado psicologiaymente.com, gracias a las redes sociales se puede estar al corriente de lo que hacen amigos, familiares y conocidos.

Resulta un modo sencillo y muy fácil de saber de los otros y de compartir nuestros momentos con allegados en redes.

Por medio de los buscadores de las RRSS se pueden recuperar algunas viejas amistades que un día se pudieron perder.

Hoy las herramientas que brinda Internet (redes sociales, correo electrónico, chats y todas las aplicaciones) han logrado fomentar y consolidar las interrelaciones de las personas.

Esta capacidad de reconexión incluye a las relaciones que ya existían, las que se inician y las futuras.

Las redes son cada vez más, si no la principal, una de las más potentes fuentes de información para quienes las usan regularmente.

Además, son escenarios de debate para los más diversos temas, aunque deben utilizarse con prudencia en estos casos.

Lo malo de las redes sociales

Lo paradójico es que las redes sociales permiten comunicarse con cualquier persona, aunque esté a mucha distancia, pero por otro lado también pueden aislar de las personas que están más cerca.

Por ello no es recomendable usar las redes sociales en las situaciones en los que se tenga que interactuar con las personas que tenemos al lado.

Se debe tener en cuenta que se pueden encontrar perfiles de personas falsos y/o que mienten.

Puntualmente se pueden encontrar perfiles anónimos que esconden a personas malas para insultar, criticar, menospreciar y humillar.

Estas personas tóxicas expresan y contagian sus envidias y frustraciones. No empatizan, haciendo caso omiso del daño que pueden hacer.

Las redes sociales es verdad que pueden facilitar este tipo de comportamientos ya que se sienten protegidos para no actuar cara a cara.

En psicología, cuando se analiza la autoestima los más vulnerables son los adolescentes.

Las redes sociales pueden fomentar la idea errónea que en función del número de seguidores y “me gusta” me debo sentir más o menos valorado.

Las RRSS pueden propiciar demasiada impulsividad y por lo tanto poca paciencia ante la incertidumbre.

Además, se puede llegar a decir más fácilmente aquello que no se sostendría en persona.

Por otra parte, existe la desventaja de la falta de matices del lenguaje no verbal.

Debido a su atractivo y rapidez pueden llegar a provocar adicción.

Lo feo de las Redes Sociales

Las personas tóxicas, agresivas, envidiosas, gracias al anonimato pueden acosar y hacer daño con más facilidad.

Las ofertas engañosas, estafas y otros delitos encuentran en las redes sociales escenarios viables para afectar a miles, sino millones de personas.

Es por ello que se debe tener la precaución de no seguir cuentas anónimas o con perfiles no verificados.

Además, hay que tener cuidado con promesas y ofertas demasiado buenas, porque pueden ser engaños.

El debate en las redes sociales es constante e intenso. No obstante, se debe tener cuidado cuando se promueven ideas que pueden cuestionables.

Bajo el paraguas de la libertad de expresión se han promovido en RRSS ideas como racismo, la discriminación, la crispación social y política.

Incluso, promover el rechazo a ideas de convivencia que son esenciales para la convivencia armónica en la sociedad.