En apenas cuatro meses, la empresa responsable de hacer cool las cámaras de video para deportes extremos, sufrió dos recortes masivos de personal.
Esto con el fin de reducir costos operativos para enfrentar los graves problemas financieros que aquejan a la compañía por culpa de la caída en sus ventas.
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Los 270 empleados que perderán su empleo durante las próximas semanas, representan el 18% de la plantilla de la empresa.
En noviembre pasado, la compañía sufrió el despido de 200 trabajadores, además del cierre de su división de entretenimiento, misma que intentó producir contenidos patrocinados por GoPro para inspirar a los consumidores a continuar comprando sus cámaras.
A través de un comunicado, la firma enclavada en California dijo que el proceso de reestructuración tendrá un costo de 10 millones de dólares sólo durante este trimestre.
Entre algunos de los problemas que han detenido el crecimiento de la empresa destacan el fracaso de la línea Karma de drones y la legendaria calidad de sus cámaras.
Decimos que la durabilidad de los productos de GoPro (excepto los de la línea Karma, que eran horribles), ha afectado a la empresa porque, según un estudio reciente, son tan buenos, que la gente no adquiere nuevas cámaras sino hasta varios años después de su compra, lo que afecta las ventas generales de la empresa con su ya de por sí reducido público de nicho: los deportistas extremos.
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