Meses después de que decenas de acusaciones por acoso sexual en contra del productor Harvey Weinstein salieran a la luz, la productora que cofundó, Weinstein Company, se declaró en bancarrota.
Desde diciembre, el estudio estaba en conversaciones para vender sus activos a un grupo de inversionistas que había ofrecido 500 millones de dólares por la empresa.
Para entonces, el estudio ya enfrentaba acusaciones de más de 70 mujeres por acoso y violación en contra de Harvey Weinstein. Entre las mujeres que hicieron públicas sus experiencias con el productor están Rose McGowan, Salma Hayek, Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow y Lupita Nyong’o.
Pero la demanda que terminó por hundir las posibilidades de venta fue la que interpuso el fiscal del Estado de Nueva York, Eric Schneiderman, por crear un clima laboral que violaba los derechos civiles y que puso en peligro reiteradamente a las empleadas de la productora.
“La compañía Weinstein ha intentado una venta activa con la esperanza de preservar los activos y los empleos (…) hoy esas conversaciones han concluido sin lograr firmar un acuerdo. Por ello, su único camino viable y la mejor opción para maximizar el valor de la Compañía es un proceso ordenado de bancarrota”, señaló la firma en un comunicado publicado en el diario Los Angeles Times.