En un intento por reestructurar su fuerza de trabajo y abandonar el mercado móvil, Satya Nadella anunció una decisión drástica.
De alguna manera, se hallaron 2,850 cabezas más que cortar dentro de Microsoft; la mayoría de ellas forman parte del área encargada del desarrollo de teléfonos móviles.
De esta manera, el CEO de la firma de Redmond desecha gran parte de Nokia, firma telefónica adquirida en 2014 por 7.2 mil millones de dólares.
La decisión busca deshacer una de las últimas acciones de Steve Ballmer, el antecesor de Nadella, en su afán por entrar al mercado móvil.
Debido a que los teléfonos con sistema operativo para smartphones de Microsoft no ha funcionado, se decidió adoptar otra estrategia enfocada en software para iOS y Android, los ecosistemas reinantes en el mercado de los dispositivos inteligentes.
Los casi 3 mil despidos se suman a los 1,850 que Microsoft anunció en mayo pasado.