Blanquear los dientes con carbón activo es la nueva moda que invade las redes sociales, le atribuyen ser un producto maravilla por ser natural, sin embargo, los médicos no opinan lo mismo.
El carbón activado se utiliza para purificar agua, y en el ámbito médico, para absorber sustancias nocivas del organismo en caso de envenenamiento.
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Cuando se ingiere actúa como una esponja que retiene la sustancia nociva y ésta atraviesa el organismo sin efectos, por ello es usado como una especie de filtro que bloquea contaminantes.
Su uso se ha popularizado al grado de incluirse en comidas detox, batidos adelgazantes y mascarillas faciales, todo esto pese a no haber evidencia científica de su eficacia, pero sí de sus efectos negativos como peligro de deshidratación o estreñimiento crónico.
Quienes incitan a usar el carbón para blanquear los dientes aseguran que equilibra el pH de la boca, elimina la caries y las manchas externas sin los ingredientes químicos que se utilizan en los blanqueamientos comerciales.
Sin embargo, expertos en salud dental aseguran que no es un método recomendable para aclarar la dentadura, ya que todos estos tratamientos suelen ser sustancias abrasivas para el esmalte de los dientes y en realidad ningún enjuague o cepillado tiene el poder de modificar el pH, si sucediera, los efectos serían la desmineralización de los dientes.
Su efecto equivale a usar una lija en los dientes. Lima y retira la capa superficial de la dentadura, es decir, el esmalte, lo que ocasiona un daño permanente si se utiliza con regularidad, y más aún si se mezclan entre sí.
Además, es importante considerar que el color de los dientes en general no es el blanco, sino un tono amarillento que está determinado por la sustancia llamada dentina y por la genética de cada persona.
gpa
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