Cada año, miles de familias cruzan ilegalmente la frontera con Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, pero desde abril, con la entrada en vigor de la política “cero tolerancia”, cerca de 2,000 niños han sido separados de sus padres.
En los últimos días, han salido a la luz las dramáticas condiciones que viven esos menores. Quizá el testimonio más desgarrador es una grabación difundida por la organización ProPublica en la que se escucha el llanto de los niños retenidos en uno de los centros de detención de la Patrulla Fronteriza.
Un video de las autoridades fronterizas estadounidenses, muestra cómo en las instalaciones de McAllen, Texas, cientos de adultos y niños detenidos permanecen encerrados en jaulas metálicas, sobre colchonetas y con mantas de plástico para cubrirse.
El gobierno de Trump eligió procesar legalmente a los adultos para enviarlos a prisión, motivo por el cual están siendo separados de sus hijos y, en muchos casos, no han permitido que mantengan la comunicación.
Las autoridades estadounidenses se han mostrado firmes en mantener esta determinación. “No nos disculparemos por el trabajo que hacemos ni por el trabajo que los agentes hacen y que el pueblo estadounidense espera que hagamos”, afirmó Kirstjen Nielsen, titular del Departamento de Seguridad Interior.
¿Y México?
Ante la ONU, una representante de la delegación de México reprobó el caso y consideró que las políticas del gobierno norteamericano son inaceptables.
“No podemos aceptar que se criminalice la migración, un fenómeno natural que ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad, o la ayuda que se otorga a los inmigrantes y sus familias”, dijo durante la reunión del Consejo de Derechos Humanos de la organización, que se reúne en Ginebra.
En conferencia de prensa, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, condenó la determinación de Estados Unidos como una “política cruel e inhumana”.
“México no promueve la migración ilegal, pero no podemos ser indiferentes antes un hecho que claramente vulnera los derechos humanos”, dijo el canciller y agregó que el gobierno mexicano ha actuado de manera inmediata desde que se anunció la medida a través de la red consular.
Según Videgaray, de los 1,195 casos informados por el Departamento de Seguridad Interior de EU desde abril, la mayoría de los menores provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador y hasta el momento se sabe que 21 casos (alrededor del 1%) corresponde a niños de nacionalidad mexicana.
De esa cifra, comentó que algunos ya fueron reunificados y repatriados con sus familiares, mientras que siete permanecen en albergues.
El gobierno mexicano se acercará a Guatemala, El Salvador y Honduras para establecer acciones conjuntas y definir cómo llevarán la postura de rechazo a la política ante organismos internacionales.