Las cosas que se dicen en un día de trabajo, sin importar cuan importantes, tienden a olvidarse, simplemente porque las personas no pueden recordar todo lo que escuchan.
Este problema puede acentuarse en las juntas de trabajo, en las los demás olviden de lo que se habló al salir por la puerta y no den el seguimiento deseado.
Sin embargo, de acuerdo con el fundador de la consultora de liderazgo Box of Crayons, Michael Bungay Stanier, existe una forma de ayudar a que los otros recuerden algo de lo que dijiste si haces una sencilla pregunta después de cada interacción: ¿qué fue lo más útil para ti?
Hacer preguntas a los empleados, colaboradores y clientes es una mejor estrategia que dar consejos, porque así empoderas a los demás a pensar por sí mismos y actúas más como coach que como jefe, dice Bungay Stanier.
El especialista recomienda formular la “pregunta del aprendizaje”, es decir, pedir al otro que revele lo que encontró más útil o valioso de la conversación. Esto hace que la persona reflexione y obtenga el aprendizaje.
Otras variaciones son: “Qué sabes ahora que ignorabas antes?”, “Cuál fue el momento más revelador para ti” o “¿Qué deberíamos hacer de forma diferente en el futuro?”. Sin importar lo que digas, la meta es provocar un momento de reflexión que lleve a esa revelación para aplicarla en la memoria de trabajo.
Vía: World Economic Forum