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El gran terremoto que los especialistas japoneses advierten en México

Japón ha sufrido terremotos de grandes dimensiones, tsunamis, tifones y huracanes que han devastado a su pueblo y siempre se han sabido levantar.

Y ahora, tras el sismo del 19-S, están estudiando en nuestro país la posibilidad de un gran terremoto.

Y es que especialistas japoneses y mexicanos anunciaron que instalarán equipos de alta tecnología en la brecha de Guerrero, a fin de saber si se acumula energía en la región y poder determinar si ocurrirá un sismo de gran magnitud, pero ¿por qué?

Porque en esa región, afirman, van más de 100 años sin actividad sísmica de relevancia. El último registro de alta actividad sísmica en la región data de 1911, afirman estos especialistas.

En primer lugar, Genta Nacano de la Universidad de Kioto Japón, anunció que el objetivo de este proyecto es dar seguimiento a la información sobre sismos y tsunamis.

Agregó que Zihuatanejo será el lugar para la realización del proyecto y se trabaja también el tema educativo dando talleres y conferencias a los estudiantes de escuelas primarias y secundarias para que estén conscientes sobre el tema.

Añadió que esta delegación de científicos japoneses está estudiando la zona costera de Guerrero y el fondo del mar.

Miguel Ángel Santoyo, sismólogo del IGf, Unidad Michoacán, dijo que este proyecto está dentro de la Alianza para la Investigación en Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Sostenible de Japón, que decidió desde 2016 estudiar los peligros de terremotos y tsunamis en Guerrero:

“Se enfocará al estudio del peligro sísmico, debido a los deslizamientos asísmicos y sismos en zonas cercanas de la brecha de Guerrero”.

Santoyo dijo que en noviembre próximo se instalarán instrumentos de medición en el fondo del mar y en tierra para calcular la sismicidad de la región, así como sus desplazamientos mediante técnicas de GPS de alta precisión, y técnicas de medición del movimiento entre las placas de Cocos y Norteamericana, y sismógrafos con frecuencia de banda ancha.

De esta forma, se confirmarán las sospechas japonesas en cuanto a la acumulación de energía de deformación en la zona de la brecha y de ser así, si hay la suficiente energía contenida para producir un terremoto o no:

“Quizá ese deslizamiento asísmico relaja todo el esfuerzo y ese sismo ocurrirá hasta dentro de mil años, aunque no lo sabemos”.

En esta investigación participan el Instituto de Geofísica (IGf) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), la Universidad de Kyoto y las agencias japonesas de Cooperación Internacional y de Ciencia y Tecnología.

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