Hace algunas décadas, viajar en avión era un verdadero placer y comer a bordo era una genuina experiencia de altura.
Sin embargo, a partir de los noventas, las comidas típicas del destino al que viajabas comenzaron a ser reemplazadas por emparedados fríos de triste contenido y conforme el siglo XXI se fue acercando, comenzó el reinado de las bolsitas de cacahuates.
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Pero, ¿en qué momento pasamos de degustar las delicias de un chef a tener que conformarnos con papas fritas y refresco?
90 años de historia
El 1 de mayo de 1927 se sirvió el primer almuerzo en un avión. Fue en un vuelo de Londres a París y la aerolínea que tuvo la idea de hacerlo fue Imperial Airlines.
En aquellos días, comer en el aire era toda una experiencia: había sommeliers, mayordomos sirviendo tragos y chefs ofreciendo algunos de los platillos más deliciosos del país anfitrión.
En las décadas siguientes, el comer en un avión se había vuelto la oportunidad perfecta para que las aerolíneas ofrecieran lo mejor que podían a sus clientes, pero hoy, en una época en la que volar es cada vez más incluyente, es difícil ver un platillo decente en nuestra mesita plegable.
Aerolíneas low-cost
A partir de los 90s, volar se volvió cada vez más barato y las aerolíneas se dieron cuenta que dejar de servir platillos de alta cocina a sus clientes era una verdadera pérdida de tiempo.
Desde que un CEO de American Airlines descubrió que quitar la aceituna que decoraba sus emparedados le ahorraba 40 mil dólares anuales a la compañía, el resto de las aerolíneas comenzaron a hacer lo mismo.
Y así, poco a poco fueron restando calidad a la comida que se sirve en la mayoría de los vuelos de forma gratuita hasta los días en los que, si eres afortunado, te darán una pechuga recalentada con alguna salsa extraña envuelta en papel aluminio decorado con el logo de la aerolínea en la que viajas.
¿Qué hacer?
Siempre existe la posibilidad de pagar por tu comida… o de viajar en primera clase o en alguna de esas otras clases que casi ofrece masajes shiatsu a bordo.
Conforme los boletos de avión se fueron volviendo más baratos, la comida gratuita fue empeorando o, de plano, desapareciendo.
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