En días pasados la esgrimista mexicana, Paola Pliego, sorprendió al anunciar que había adquirido la nacionalidad uzbeka para representar a ese país en las siguientes competencias internacionales.
Explicó que su decisión se debe a la corrupción en México y a la falta de apoyo, luego de que en 2016 le prohibieran participar en competencias por un error en una prueba antidoping, pero no es la primera vez que un deportista toma esa decisión.
Gabriela Bayardo es una arquera mexicana, que luego de participar en juegos olímpicos, solicitó su baja de la Federación de Tiro con Arco en 2017.
Gabriela se mudo a Holanda y obtuvo la nacionalidad, ha participado en varias competencias europeas y busca representar a ese país en Tokio 2020.
El clavadista Jonathan Ruvalcaba abandonó México por Colombia en 2017.
Posteriormente se fue a República Dominicana, país al que representará en el Campeonato Mundial de Natación Gwangju 2019.
Kevin Chávez, también clavadista, quedó fuera del equipo mexicano por una lesión en la rodilla y se fue a Australia a rehabilitarse.
Kevin fue invitado a representar a Australia y así lo hizo en los Jugos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Su decisión se debió a que sólo pueden ir dos atletas por cada categoría de peso y consideró que en México ya había dos buenos.
Manuel Rosas es un futbolista nacido en Guadalajara, Jalisco, que empezó su carrera en el club Tigrillos Broncos en la Primera División A, tras no trascender decidió irse a Centroamérica.
Manuel fue contratado en el Real Estelí FC de la Primera División de Nicaragua y en 2012 obtuvo la nacionalidad nicaragüense, desde entonces juega en la selección de ese país.
El jinete, Alberto Michan, anunció en el 2018 que se había naturalizado israelí y busca representar a ese país en Tokio 2020.
Linda Ochoa, abandonó la Selección de Tiro con Arco a principios del 2019, tras denunciar “engaños y chantajes” de la Federación y ahora representará a Estados Unidos en Tiro de Arco compuesto.