Después de casi dos años de espera, la última temporada de Game of Thrones al fin se estrenó.
El primero de los seis capítulos que llevarán al desenlace de la serie de HBO dejó momentos impactantes, como la llegada de John Snow, Daenerys Targaryen, sus dos dragones y un gran ejército a Winterfell.
Tras la llegada de ambos personajes a Winterfell, ocurrieron encuentros y reencuentros muy emotivos, por ejemplo, el de Jon y Arya.
Después de haber sido separados hace algunas temporadas, Arya y Gendry se reencontraron.
Los Stark protagonizaron entrañables reencuentros, como el de Brandon Stark y Jon Snow.
Pero también, Bran volvió a ver a Jamie Lannister, después de que el ‘Matarreyes’ intentó matarlo en el primer capítulo de la serie.
Aunque a su llegada a Winterfell, Daenerys fue amable con Sansa Stark, Lady Winterfell aumentó la tensión entre ambas a lo largo del primer capítulo de la octava temporada.
Uno de los momentos que generó más emoción entre los seguidores de la serie, fue el momento en el que Jon Snow montó uno de los dragones de Daenerys.
Mientras Daenerys y Jon lograron escapar por un momento, uno de los dragones, con una tierna mirada, protagonizó uno de los momentos más emblemáticos del capítulo.
El pequeño Ned Umber murió a manos del Rey de la Noche, quien usó sus restos para dejar un mensaje.
Theon Greyjoy logró rescatar a su hermana Yara, después de haberla abandonado tras ser raptada por su tío Euron.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando Daenerys le revela a Sam que mató a su padre y a su hermano cuando se negaron a arrodillarse ante ella.
Finalmente, uno de los momentos más esperados llegó: Sam le revela a Jon su verdadero origen y la razón por la que él es el rey legítimo.
