Puede parecer que las cosas están cada vez más fuera de nuestro alcance. Que es imposible entenderlas y mucho menos modificarlas. Pero lo cierto es que se puede tener más influencia, al menos en los círculos próximos, con unas pocas palabras.}
Así opina Scott Mautz, exgerente de Procter & Gamble, que estudia cómo funciona la influencia y ha escrito libros sobre la materia.
Según CNBC, este experto descubrió 6 frases prácticas que se pueden aplicar en el día a día para mejorar la comunicación. Y, además, fortalecer el liderazgo. Veamos las 6 frases que le darán más influencia sobre las personas, tanto en el trabajo como en la vida.
Influencia instantánea en 6 frases
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«¡Buen trabajo! En concreto…»
El elogio se convierte en una influencia cuando das un «estímulo informado». Es decir, un estímulo respaldado por razones específicas.
Por ejemplo, puede decir simplemente a su hijo: «¡Buen trabajo!» O puede decirle: «¡Buen trabajo! Te has esforzado mucho estudiando para ese examen, abordando un tema que no te resultó fácil. Has perseverado y has aprendido una lección sobre la superación de obstáculos». La especificidad da credibilidad y fuerza al elogio.
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«Cuéntame más»
Una de las formas más fáciles de tener más influencia es escuchar de verdad. Como oyente, tienes dos objetivos. A saber: entender lo que se dice y demostrar la otra persona que estás interesado.
Todo esto se consigue haciendo preguntas e invitando a la otra persona en el momento adecuado a que «te cuente más» (o preguntándole: «¿Qué pasó después?» o «¿Qué te pareció eso?»).
Cuando escuches, utiliza un lenguaje de reconocimiento y no de rechazo. Por ejemplo, en lugar de decir: «Oh, todo irá bien», prueba con algo como: «Te escucho, parece que ahora mismo estás frustrada con el comportamiento de tu marido».
Si utilizas un lenguaje empático y de validación, harás que la gente se sienta escuchada en lugar de descartada.
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«¿Serás un líder en esto?»
A veces, la influencia consiste en apelar a la identidad deseada de las personas. Por ejemplo:
– No le pidas a la gente que ayude, pídeles que sean ayudantes.
– Tampoco les pidas que dirijan, pídeles que sean líderes.
– No les pidas que escuchen, pídeles que sean oyentes.
Obtendrás un «sí» mucho más a menudo. Este cambio de lenguaje también sirve para desalentar acciones indeseables.
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«Es una buena idea la que tienes»
La clave aquí es «tienes». Se trata de ayudar a las personas a sentirse dueñas de las ideas y motivarlas a seguir adelante. Es una forma sutil de influencia, pero funciona. Piense en ello: ¿Te entusiasmaría más trabajar en la idea de otra persona o en una idea tuya? No hay duda.
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«¿Me das un consejo?»
Fíjate que no se ha dicho: «¿Me ayudas?». Pedir consejo es mucho más influyente.
La gente suele sentirse halagada de que valores su opinión y experiencia y, como les pides consejo, intentarán ver las cosas a través de tus ojos. A menudo se convertirán en tus partidarios como resultado, porque ahora han invertido en ti compartiendo su sabiduría.
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«Estaré encantado de ayudarte»
Se trata de apoyar a la gente que te rodea como te gustaría que te apoyaran a ti. Y además, comprender la naturaleza humana para desencadenar la buena voluntad y la reciprocidad.