Cuando mandas una reliquia que precede por casi mil años el nacimiento de Jesucristo, no lo haces por correo tradicional.
Pero este sujeto, a quien identificaremos únicamente como Tan, sí lo hizo y lo que sucedió después es como para querer volverse mono.
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Resulta que Tan concretó la venta de una vasija de 3 mil años de antigüedad cotizada en 985 mil dólares.
A pesar de contar con casi un millón de billetes verdes en su cuenta bancaria, Tan no quiso pagar más de los 130 dólares que costaba el envío express por paquetería tradicional, así que simplemente tomó la reliquia invaluable, la envolvió en un poco de plástico de burbujas y la metió en una caja de cartón para enviarla a su nuevo hogar.
Tan contaba con el certificado de autenticidad de la pieza
Al llegar a su destino, el comprador descubrió que la pieza histórica estaba rota en varios pedazos, así que pidió el reembolso de su compra.
Por su parte, Tan le exigió a la empresa de envíos que le regresaran su dinero, pues el paquete estaba asegurado. El problema es que la paquetería no quiere pagar más de 4,300 dólares por ella y no existe ninguna ley que la obligue a cubrir el valor total de la pieza.
Resulta irónico que luego de haber sobrevivido miles de años pasando de mano en mano, esta pieza de valor histórico inconmesurable no haya podido salvarse de las manos de los empleados de una empresa de envíos.
gtb
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