Hace 10 años, versiones tempranas de Ozempic y Mounjaro podían prevenir, o incluso invertir, los signos del Alzhéimer en ratones.
Ahora la popularidad de la nueva generación de estos medicamentos se ha disparado. ¿La razón? Científicos descubren que pueden tener amplios beneficios para la salud. De hecho, se acelera la investigación para averiguar si estos fármacos podrían revolucionar el tratamiento del Alzhéimer, reseña el New York Times.
Por ahora, el Ozempic y Mounjaro son tratamientos eficaces para el control de la diabetes y la obesidad. Las pruebas emergentes sobre el Alzhéimer parecen alentadoras, pero abundan las preguntas y las advertencias.
“Creo que son muy prometedores”, dijo Karolina Skibicka , neurocientífica y catedrática de fisiología metabólica de la Universidad de Pensilvania. “Y hasta ahí llegaría yo, con las pruebas disponibles actualmente”.

Los primeros hallazgos
La investigación con roedores ha demostrado ampliamente que estos fármacos imitan a las hormonas metabólicas. En consecuencia, pueden mejorar varios rasgos distintivos de la enfermedad de Alzhéimer en el cerebro. De hecho, potencian la capacidad de aprendizaje y memoria de los animales, explica la base de datos Sage Journals.
Sin embargo, existe una larga historia de todo tipo de fármacos que tratan el alzhéimer en ratones, pero que no proporcionan los mismos beneficios a los humanos.
Hasta ahora, solo hay unos pocos estudios que examinan si estos medicamentos pueden reducir el riesgo de demencia en las personas.
Un análisis reciente descubrió que, en tres años, las personas que tomaban semaglutida (el compuesto de Ozempic y del fármaco para adelgazar Wegovy) tenían entre 40 y 70 % menos de probabilidades de tener enfermedad de Alzhéimer.
Primeros resultados sobre el Alzhéimer
Un trabajo publicado recientemente, en Nature Medicine, donde se revisaba una base de datos de Veteranos, descubrió que quienes toman estos fármacos tenían menos probabilidades de desarrollar demencia. Sin embargo, el beneficio era más modesto, con una disminución del riesgo de aproximadamente el 10%.
Los resultados parecen prometedores. Pero como estos estudios son observacionales, “es muy difícil saber” si los fármacos causan directamente ese beneficio.
También hay ensayos clínicos que analizan si los fármacos pueden tratar a personas ya diagnosticadas de demencia.
Los resultados preliminares de un estudio con 200 pacientes se presentaron en una reunión de la Asociación de Alzhéimer en 2024. Mostraron que los pacientes con Alzhéimer leve que recibieron un medicamento similar más antiguo (liraglutida) experimentaron un deterioro más lento. Especialmente en materia de habilidades cognitivas.
Igualmente, reportaron una reducción menos agresiva del volumen cerebral, en comparación con los pacientes que recibieron un placebo.