Debido a las amenazas, Coca-Cola cierra indefinidamente operaciones en Ciudad Altamirano, Guerrero.
Fue a principio de este año que la empresa empezó a ser hostigada por grupos de delincuentes, obligándola a cerrar el centro de distribución en dicha zona.
“La empresa rechaza enérgicamente toda acción de violencia en contra de sus colaboradores, familias y comunidades donde opera; lamenta profundamente que la ausencia de un estado de derecho y la prevalencia de la impunidad que afecta a la región, la lleve a detener sus labores en un territorio en el que ha tenido presencia por más de cuatro décadas, generando valor económico y social a sus clientes, consumidores, comunidad, colaboradores y familias”, comento la refresquera a Forbes México.
El cierre ha generado una perdida de aproximadamente 30 millones de pesos en sus ingresos, el desempleo de más de 160 colaboradores y la pérdida de la derrama económica de la región.
“Más que hablar del impacto económico, lo lamentable para Coca-Cola Femsa fue el haber tenido que desincorporar a más de 160 colaboradores para privilegiar su seguridad y la de sus familias, así como la pérdida de la derrama económica en la zona derivada de nuestra operación”, informó el área de Comunicación Corporativa de Fomento Económico Mexicano (Femsa).
El centro de distribución abastecía las poblaciones de Cutzamala, Coyuca, Ajuchitlán, Tlapehuala, Tlalchapa y Pungarabato.
Forbes México realizó un recorrido por la zona y se encontró que, a pesar que todavía existen tiendas con productos de la familia Coca-Cola, el desabasto es una realidad, lo que ha provocado el alza en los precios de las bebidas; de 12 a 15 pesos.
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Hay que recordar que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en 2017 México ocupó el primer lugar en países que consumen refresco.
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